ensayos minimalistas // 04 / retroceder nunca, rendirse jamás
No es fácil enfrentarme a la marea informe y azarosa de objetos. Cada cosa ha sido cultivada, construida, manufacturada, transportada, comprada, deseada. Y ahora me mira, cada cosa, desde ese purgatorio, esperando mi decisión. ¿Me hace feliz? Materia y energía. Ensayo y error.
4 / Retroceder nunca, rendirse jamás
Ella me susurra… “sigue, sigue” y yo, con una furia tímida, me armo de una motosierra y avanzo por el bosque de mi basura, cortando ramas pequeñas y secas primero, árboles muertos completos, después
La poda, me digo, me servirá para que los brotes verdes vengan con la fuerza que ahora no tienen en medio de tanto peso muerto
La clave es vaciar cada mueble, cada cajón, cada bolso, convertir todas las pertenencias en una masa horrible para poder conectar con el verdadero desapego.
Cambiar de perspectiva.
Las cosas dobladas y guardadas parecen más inofensivas, puestas en una montaña adquieren su verdadero carácter de moho, de rata, de tumor. Salen de la sombra y muestran su poder corrosivo.
¿Realmente quiero este collar desteñido que no me he puesto en quince años solo porque alguna vez una persona pensó en mí y lo fabricó con sus propias manos y me lo regaló?
¿De verdad creo que alguna fiesta volverá a justificar este vestido largo que usé para una sola boda en el 2005?
Este cubrecamas con dibujos de dinosaurios que perteneció a un tipo que ahora tiene un metro ochenta y barba, ¿tiene algún sentido en el inventario de 2022?
El peso, la masa, la corporeidad, la materia
Ella dice que lo importante es no detenerse, llegar al fondo.
Que lo básico es preguntarme cada vez si esto le da alegría a mi corazón o no. La pregunta correcta no es cuánto invertí, si lo he usado en el último año o si lo volveré a utilizar pronto. El pijama roto me hizo sentir miserable ayer y lo hará sentir cada noche que me lo ponga.
Que nunca mezcle ordenar con limpiar, que lo primero es reducir la casa a su mínima expresión.
Que son objetos físicos, y por lo tanto finitos
El tiempo, el movimiento, el cambio, la energía
Si no hay un lugar para cada cosa, si el número es excesivo, si los objetos son inútiles, feos, o pertenecen al pasado, ocuparán horas de organización vacía que pueden perpetuarse ad eternum.
El ciclo infinito de mover, limpiar, cuidar, sentir culpa, ocupar la mente.
Necesito una cajita más para guardar esa cosa, un mueble más para alojar esa cajita, una habitación más para albergar ese mueble, una vivienda más grande, más horas de trabajo.
Y el alivio de tanta pertenencia será dejar todo, montar una tienda de campaña y dormir en el suelo, como vacaciones de mí misma.
Supero la resistencia
Empiezo.
Avanzo.
Me gano la pulseada.
Tres bolsas negras enormes plenas de las cosas que ya no me hacen feliz, que no me ayudan a avanzar, son la prueba.
Les digo gracias y las dejo ir.
Los desechos salen por la puerta.
Mi nueva vida entra por la ventana.
Y le doy la bienvenida.