Adiós 2022, bienvenido 2023
Escribo bajo unas luces de discoteca que giran. Es la última adquisición para este local multifunción que aloja mi proyecto creativo, laboral, vital.
Junto con el tofu y las pechugas de pollo, el calabacín y los bagels integrales, en un arrebato fiestero fue a parar al carrito del super este artilugio que prometía celebración. El micrófono de karaoke ya era excesivo, tanto en precio como en pretensiones; “tampoco es para tanto”, me dije.
Hijo Mayor, que me acompañó en el tour entre alimentos, apoyó mi idea de madre emancipada. Será la primera Nochevieja en 20 años que celebraremos cada uno por su cuenta.
Hace unos días Hijo Menor me pidió que pagara con su dinero la entrada para una discoteca el 31 de diciembre. No hizo un anuncio ni pidió disculpas y ese acto sembró en mí, primero una renuncia y después un permiso.
Han sido doce meses intensos: mucho drama, bastante acción, y algo de tragicomedia romántica. He decidido darme una tregua y celebrar la última noche de este 2022 quitándome el vestido de madre por unas horas.
Festejamos juntos el Mundial de fútbol y la victoria argentina en un bar pleno de camisetas celeste y blanco. Nos reencontramos para la Navidad en una mesa larga llena de primos.
Ahora pasamos unos días juntos, superando la pereza de esta semana que no acaba de encajar como vacaciones y menos aún con la eficiencia laboral.
Vimos series y películas, preparamos comidas, dormimos mucho, conversamos sobre sus nuevas vidas fuera de casa. Lloramos juntos (somos así de intensos).
Hija me avisa que sale con sus ex compañeros del trabajo de verano, le pido que de camino traiga compresas. Hijo Mayor vendrá en cualquier momento y he prometido ayudarlo con su primer excel de autónomo. Hijo Menor hace abdominales con su app de ejercicios en la penumbra, bajo esos puntos azules y rojos que aún dan vueltas tras comprobar que sí, funciona esta lámpara disco.
Buscaré una playlist a tono con tan festiva ocasión, enviaré algunos mensajes para confirmar quién se suma a este baile improvisado.
Gracias por acompañarme, espero que también puedas despedir este 2022 rodeada de gente querida, aceptando sus sombras, agradeciendo sus luces coloridas.
Nos leemos pronto
